El convenio, firmado hace un año, incluye el pago de 1,2 millones a mediados de junio
Ditecsa, la compañía sevilla de Gonzalo Madariaga, ha informado al juzgado Mercantil 3 de Sevilla que, debido a la crisis sanitaria y económica provocada por el Covid-19, no afrontará con casi toda probabilidad el primer pago de 1,2 millones comprometido en el convenio de acreedores firmado hace un año hasta que no cesen los efectos del estado de alarma. La empresa de montajes electromecánicos y mantenimientos industriales alega que si hace frente a ese cumplimiento no podrá pagar las nóminas de sus 350 empleados, por lo que está procediendo a la revisión de su plan de viabilidad con la idea de usar ese documento para una posible modificación del actual convenio de acreedores o cualquier otra alternativa legal.
El convenio de acreedores firmado hace un año supuso una quita del 50% de la deuda, acordando el pago en siete años, con un año de carencia. Tras el convenio, Ditecsa debía 14,1 millones de euros a acreedores comerciales (5,4 millones), bancos (3,5) y administraciones públicas (5,4). Entre los acreedores figura un pool de bancos integrado por Santander, Bankia, TargoBank, Bankinter, Cajamar y BBVA, entre otros.
Según el escrito presentado por Ditecsa en el Juzgado Mercantil, la empresa asegura que hasta la fecha ha cumplido puntualmente con las obligaciones asumidas en el convenio, en particular al pago de créditos contra la masa (surgidos a raíz de la presentación del concurso) y que han ascendido a más de 8,7 millones de euros. De esa cantidad, Ditecsa ha pagado ya 1,9 millones a la Tesorería de la Seguridad Social y a la Agencia Estatal Tributaria tras acuerdos alcanzados con esos acreedores con privilegios especiales.
Reducción de costes
Destaca la empresa que «viene desarrollando su actividad empresarial ordinaria» y que «está al día en el pago a proveedores y trabajadores». Hace también hincapié en que aplicado un drástico plan de reducción de costes, lo que ha supuesto el cierre de oficinas o el traslado de delegaciones, entre otras cosas. En ese sentido, Ditecsa ha dejado sus instalaciones en la Zona de Actuación Logística (ZAL) para trasladar sus oficinas a los talleres que sigue teniendo en Dos Hermanas. Además, vendió su filial de Ecuador y Colombia, y está liquidando las de México, Alemania y Filandia. Su filial británica mantiene un pleito con Siro de 16 millones de libras esterlinas. Como consecuencia de este plan de ajuste, la compañía afirma que sus costes generales han pasado de los 2,9 millones de 2018 y los 1,5 millones de 2019 a 1,2 millones este año, estando previsto que se queden en 0,9 millones el próximo año.
Ditecsa explica al juez que a pesar de la buena evolución que mantenía la empresa hasta el 14 de marzo, sus planes se truncaron con el estado de alarma, ya que la crisis ha tocado al sector de la ingeniería industrial, sufriendo falta de suministro de materiales y ralentizándose los trabajos para evitar contagios por Covid-19. «Muchos de los contratos que se vieron paralizados no han sido reactivados aún y los que se han podido reactivar lo han hecho a un volumen sensiblemente inferior a la situación previa», explica la empresa de Madariaga, que destaca que esa circunstancia ha supuesto un duro golpe para una compañía que acababa de salir del concurso, «con unos recursos y una financiación a corto plazo muy limitada». Además, al estar en convenio de acreedores, Ditecsa tampoco ha podido accesar a las líneas del ICO para paliar las consecuencias del Covid-19 en las empresas.
Pérdida de contratos e ingresos
Aunque ha perdido contratos y otros se han reducido, afectando al 52% de su facturación, Ditecsa ha comunicado al Juzgado que tiene pendientes de adjudicar contratos por 20,61 millones de euros y otros en estudio por valor de 75 millones. Subraya que tiene una facturación contratada de 12,4 millones de euros y una plantilla de 350 empleados en Huelva, Sevilla y Cádiz. Tiene una cartera de 23 clientes, entre ellos Navantia, Matsa, Draca Allmineral, Crown Packaing, Cementos Portland…
Ditecsa, que tenía el pasado año 670 empleados, cerró 2019 con una facturación de 32,1 millones de euros. Este año prevé ingresar 18,8 millones, con un margen operativo de 8,15% frente al 3,93% de 2019. En 2019 registró un ebitda negativo de 2 millones y este año prevé alcanzar un resultado positivo de 185.000 euros.
Madariaga, dueño de Ditecsa a través de la firma Madarias Inversiones, afirma que la compañía es viables, pero ante la actual situación «resulta esencial la protección de la actividad» para garantizar su viabiabilidad a corto y medio plazo, por lo que explica «el más elemento deber de diligencia impone a Ditecsa no afrontar el cumplimiento del próximo hito de pago recogido en el convenio, previsto inicialmente para el próximo mes de junio, hasta que se reestablezca plenamente la actividad de la compañía, cesen los efectos procesales y sustantivos del estado de alarma».
Revisar el plan de viabilidad
Lo primero que hará Ditecsa ahora es revisar su plan de viabilidad «para tomar conocimiento del grado de afectación del mismo por esta grave crisis» y «que pueda servir, en su momento, de una modificación del actual convenio de acreedores» -acogiéndose al Real Decreto Ley 16/2020, de medidas procesales y organizativas para hacer frente al Covid-19 en el ámbito de la Administración de Justicia -, así como a cualquier otra alternativa legal que se pueda aprobar en un futuro».
En condiciones normales, no afrontar el primer pago de un convenio hubiera supuesto para Ditecsa la obligación de pedir la liquidación, pero con el Real Decreto Ley 16/2020 tendrá un año a contar desde la declaración del estado de alarma para presentar propuesta de modificación del convenio que se encuentre en periodo de cumplimiento.
Una de las cuestiones que valorará ese plan será el impacto en sus ingresos de la decisión de muchas empresas de posponer las paradas técnicas que normalmente hacían en verano para sustituir piezas o hacer trabajos de mantenimiento, en lo que está especializado Ditecsa.
Ditecsa continúa buscando inversores para entrar en su capital
Ditecsa firmó un convenio de acreedores hace un año en el que no sólo se incluía una quita del 50% de la deuda, sino también la entrada de accionistas y cierre de filiales internacionales. Al menos dos grupos inversores -uno de ellos de capital latinoamericano y otros hispano-estadounidense- estuvieron interesados pero finalmente no cuajaron esas esas operaciones. Al no entrar inversores, Gonzalo Madariaga, presidente y propietario de Ditecsa, hizo una ampliación de capital por 850.000 euros que suscribió íntegramente.
Además, Ditecsa frenó su plan de expansión cerrando sus filiales y volvió a su negocio original, quedándose con la actividad industrial. La división medioambiental -BGRI (Befesa Gestión de Residuos Industriales), hoy DSM- salió del ámbito de Ditecsa, aunque siguió en manos de Gonzalo Madariaga. DSM, que se dedica a la gestión de residuos tóxicos procedentes de la industria, es propietaria del vertedero de Nerva. Gonzalo Madariga controla el 100% de DSM, que tiene una cifra de negocio de 50 millones de euros y una deuda de 3 millones.